Pasado y presente, todo uno.

En la página de Internet se da la siguiente bienvenida al cibernauta: “Bienvenido a la tierra donde la historia y el entretenimiento se unen, donde grandes y chicos disfrutan aprendiendo, donde la familia vive una experiencia fantástica y donde el pasado y el presente se vuelven uno solo…”। Esto se puede relacionar con lo que explica Verdú, cuando se refiere a que existe un cambio continuo en las relaciones sociales que produce el desprendimiento de la temporalidad, la ruptura de la historia. Es así que nos instalamos en un presente continuo, sin pasado ni futuro que conlleva una desrealización. Esto queda plasmado también en la idea de “transpórtarse a los comienzos de la era cristiana, como hace 2000 años, y sea testigo de la vida y obra de Jesús”, propia del material que se entrega a los visitantes al ingresar.